Una hogaza de pan solía valer un níquel. Una entrada al cine valía un centavo. Ya no. Las casas también eran menos costosas de lo que son ahora. Pero la inflación elevó el precio de los tres artículos junto con el precio de casi cualquier otro artículo que compramos.
La razón por la que todavía podemos consumir es que nuestros salarios también han aumentado con el tiempo. La mejor medida de si un artículo es más costoso de lo que era antes es, que porcentaje de nuestros ingresos toma comprar ese artículo hoy, en comparación a antes. Veamos la compra de una casa.
El COSTO de una casa está determinado por tres componentes principales: el precio, la tasa de interés hipotecaria, y los salarios. La gran pregunta, ¿Estamos pagando un mayor porcentaje de nuestros ingresos hacia el pago mensual de la hipoteca hoy que las generaciones anteriores? Sorprendentemente, la respuesta es no.
Históricamente, los estadounidenses han pagado un poco más del 21 % de sus ingresos hacia su pago mensual hipotecario.
Aunque los precios de las casas son más altos que antes, los salarios también han aumentado. Y el componente más importante en la ecuación del costo – la tasa hipotecaria – es drásticamente menor que en los años 1970, 1980, 1990, y 2000.
Hoy, según el último índice de la asequibilidad de las casas (Home Affordability Index) recién publicado por la Asociación nacional de Realtors, los estadounidenses están pagando 17.4 % de sus ingresos en el pago de su hipoteca. Eso es mucho más bajo que el 21 % promedio que las generaciones anteriores han pagado.
En conclusión,
El costo de comprar una casa hoy es una ganga en comparación con las generaciones anteriores cuando miramos desde un porcentaje basado en los ingresos. Sin embargo, con las tasas hipotecarias que se espera que aumenten y los precios de las casas que siguen apreciando, ese no siempre será el caso. Sea que usted está comprando su primera casa o buscando una más grande o más cara, comprar lo más pronto probablemente tiene sentido.