Al comienzo de los disturbios económicos causados por la pandemia del COVID, el gobierno rápidamente puso en marcha planes de aplazamientos para permitir que los propietarios permanezcan en sus hogares sin hacer sus pagos hipotecarios mensuales. Hoy, casi tres millones de hogares están activamente en un plan de aplazamiento de pagos. Aunque el 29.4 % de los que están en suspensión de los pagos han seguido al día con sus pagos, muchos no lo han hecho.

Yanling Mayer, Economista Principal de CoreLogic, reveló recientemente:

“Un análisis de la distribución del estado de los pagos de los préstamos reestructurados revela que más de un tercio (39.1 %) de todos los préstamos reestructurados están ahora 150 o más días atrasados en los pagos, mientras que 1 de 4 (25.5 %) están 180 o más días atrasados”.

A estos propietarios se les ha dado permiso para no hacer sus pagos, pero la pregunta ahora es ¿Cuántos de ellos podrán ponerse al día después de que termine su programa de aplazamiento de los pagos?  Se especula que una próxima oleada de ejecuciones hipotecarias podría ser el resultado, y eso podría llevar a otro desplome del valor de las casas como vimos hace una década.

Sin embargo, la situación actual es diferente a la crisis de la vivienda de 2006 a 2008, ya que muchos propietarios tienen una enorme cantidad de plusvalía.

¿Qué dicen los expertos?

En los últimos 30 días, varios expertos en la industria han opinado sobre este tema.

Michael Sklarz, Presidente de Collateral Analytics:

“Es muy posible que veamos un aumento significativo en el número de casas que se ponen para la venta, ya que estos prestatarios optan por venden en lo que se puede decir es la parte superior intermedia del mercado y obtendran casas mas pequeñas y asequibles en lugar de enfrentar la ejecución hipotecaria”.

Odeta Kushi, Economista Principal Adjunta de First American:

“El proceso de la ejecución hipotecaria se basa en dos pasos. En primer lugar, el propietario sufre un golpe económico adverso… lo que lleva al propietario a atrasarse en su hipoteca. Sin embargo, la morosidad por sí sola no es suficiente para enviar una hipoteca a la ejecución hipotecaria. Con suficiente plusvalía, un propietario tiene la opción de vender su casa, o aprovechar su plusvalía a través de una refinanciación, para ayudar a lidiar el golpe económico. Es la falta de plusvalía suficiente, el segundo componente del doble gatillo, lo que hace que una morosidad severa se convierta en una ejecución hipotecaria”.

Don Layton, Investigador principal en el Joint Center for Housing Studies de la universidad de Harvard:

“Con una mayor amortiguación de plusvalía, los propietarios con problemas tienes opciones drásticamente mejoradas: una mayor capacidad de acceso a financiación (por ejemplo, líneas de crédito por el valor acumulado de la vivienda) para seguir pagando los gastos mensuales hasta que las finanzas familiares puedan recuperarse, mejorar la capacidad para calificar y apoyar una modificación del préstamo y, si las cosas se ponen feas, la capacidad de vender la vivienda y monetizar su aumento del patrimonio al tiempo en que se reducen las obligaciones de los pagos mensuales. Entonces ¿Qué deben esperar los prestamistas y administradores: un gran número de ejecuciones hipotecarias o solo un aumento modesto? Creo que lo último”.

Con la situación positiva de la plusvalía de hoy, muchos propietarios podrán usar una modificación o refinanciar el préstamo para permanecer en sus casas. Si no, algunos irán a la ejecución hipotecaria, pero la mayoría podrá vender y marcharse con su patrimonio.

¿Las casas adicionales en el mercado no impactarán los precios?

Las propiedades en subasta (ejecuciones hipotecarias y ventas por menos de la deuda) se venden con un descuento significativo. Si los propietarios venden en lugar de entrar en la ejecución hipotecaria, el impacto en el mercado de la vivienda será mucho menos severo.

También debemos darnos cuenta de que actualmente hay una falta de inventario sin precedente en el mercado. La semana pasada, realtor.com explicó:

“A nivel nacional, el número de casas en venta había bajado 39.6 %, lo que equivale a 449,000 viviendas menos en venta que el último diciembre”.

Es importante recordar que no había suficientes casas en venta incluso en ese momento, y el inventario solo ha seguido disminuyendo.

El mercado tiene el potencial de absorber medio millón de viviendas este año sin que el valor de las viviendas deprecie.

En conclusión,

La pandemia ha dado lugar a las dificultades personales y económicas en muchos hogares estadounidenses. Sin embargo, el mercado de bienes raíces en general ha soportado la tormenta y continuará haciéndolo en 2021.

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