La combinación de altos precios y alta demanda en California se han combinado para crear un entorno de baja asequibilidad de una casa. Con la economía manteniendo el incremento de los salarios y las bajas tasas de desempleo, los hogares, que finalmente han ahorrado lo suficiente para comprar, se han apresurado a comprar viviendas, mientras que las tasas hipotecarias a largo plazo siguen siendo bajas. Esto ha llevado a una disminución rápida del suministro de viviendas en muchos mercados y con una baja construcción de viviendas, un futuro de continuos aumentos de precios y una baja asequibilidad es cierto.
Pero ¿qué sucede con los inquilinos que no tienen los pagos iniciales o los ingresos para poder comprar en el entorno actual del mercado? En una encuesta sobre los inquilinos de California, encontramos que las opiniones y aspiraciones sobre la propiedad de la vivienda dependen directamente de una suerte relativa y de su capacidad de compra en California.
La subida de los precios ha significado que muchos arrendatarios que el año pasado estaban pensando en comprar hayan empujado sus límites de compra: en el año 2016, el 42% de los inquilinos planeaban comprar dentro de 3 años, pero con el aumento de precios en todo el estado, solo el 32% dicen que podrán hacerlo. Sin embargo, a medida que la economía mejora, muchas personas que dijeron que nunca comprarían ahora están cambiando de opinión: el 2016, casi el 20% de los encuestados dijeron que nunca comprarían, sin embargo, este porcentaje disminuyo a la mitad o sea al 10%.
Por lo tanto, a pesar de que la economía está estable los precios de las propiedades siguen subiendo y esto hace que el mercado de la vivienda se está quedando fuera del alcance de muchas familias. Como los hogares se han vuelto menos asequibles, el porcentaje de personas que dijeron que la propiedad de la vivienda es extremadamente o muy importante para ellos disminuyó del 65% al 50%, y el porcentaje de personas que dijeron “Que no les importaba tener una vivienda propia” o “que les era ligeramente importante” creció del 11% al 21%.
A medida que la compra de una propiedad se hace más difícil, esto hace que se pierda el objetivo y la aspiración de tener una casa pagada a largo plazo o incluso abandonar el sueño americano de tener una casa propia.
¿Cuál sería la solución? Para muchas personas que desean comenzar en formar un hogar, la respuesta es simplemente abandonar el estado. Para aquellos que están seguros de que quieren irse de California, el 43% dice que los precios de la vivienda y el costo de la vida los están impulsando a tomar esta decisión, pero el resto se está moviendo dentro del estado buscando en lugares con precios más asequibles de vivienda. Para la generación “X” (nacidos entre los años 60 y 80) que están listos para comenzar familias, ese número es más del 60%. Es hora de preguntarnos seriamente qué podemos hacer para mantener a nuestros vecinos y amigos en nuestro estado.
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Eduardo Alanes
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